La Conferencia Ministerial Sobre Basura Marina y Contaminación Plástica, realizada del 1 al 2 de setiembre en Ginebra, Suiza, concluyó con una Declaración Ministerial que refleja el compromiso y la voluntad política de los países para acabar con la basura y la contaminación plástica, a fin de garantizar un futuro con mares, lagos y ríos limpios.

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Consenso global

Como se sabe, en el marco de esa reunión de alto nivel, Perú y Ruanda presentaron una propuesta de resolución para iniciar el proceso de negociaciones intergubernamentales hacia la construcción de un Acuerdo Global Legalmente Vinculante contra la Contaminación por Plástico.

De acuerdo a la propuesta presentada, el citado acuerdo señala que, entre otros aspectos, debería basarse en un enfoque de precaución y reconocer el impacto devastador, generalmente irreversible de la contaminación plástica en los ecosistemas, el clima y los medios de vida. Además, se propone adoptar un enfoque a largo plazo en el desarrollo de estrategias que eviten las dependencias de la tecnología e incluir medidas específicas para determinados plásticos que se consideren riesgosos para el medio ambiente y la salud humana.

Este es un problema que trasciende las fronteras de cada país, pues se estima que la contaminación marina por plásticos podría costarle a la economía mundial hasta $ 2.5 billones al año. Su impacto es devastador en la vida marina y, consecuentemente, para quienes dependen de los océanos para su sustento

A nivel global, se producen 450 millones de toneladas de plásticos cada año y se prevé que pueda triplicarse para el 2050. El 36 % son envases de plástico de un solo uso. El 79 % de los residuos plásticos producidos ahora se deposita en rellenos sanitarios, vertederos o en el ambiente, mientras que alrededor del 12 % se ha incinerado y solo el 9 % se ha reciclado.