Los pescadores del sector pesquero industrial se encuentran en una situación crítica debido a la aplicación de la Ley No 31622, que modifica artículos del Código Penal. Esta normativa, que busca “reforzar la persecución penal de los delitos contra los recursos naturales”, ha llevado a que muchos trabajadores del sector sean tratados como criminales, enfrentando incluso condenas de pena privativa de libertad o quedándose sin barcos donde trabajar debido a las incautaciones que se realizan. “Los pescadores industriales NO somos criminales”, es el mensaje que los pescadores desean transmitir.

La falta de comprensión respecto a su labor y la mala aplicación de esta ley está generando un clima de inseguridad y desconfianza en un sector que es uno de los más regulados en el país.
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Desde la promulgación de esta ley en noviembre de 2022, se han dejado de pescar más de 40,000 toneladas de anchoveta, lo que ha llevado a la pérdida de numerosos puestos de trabajo. La mala aplicación de esta normativa está generando graves perjuicios para la industria pesquera. “Tratar a los pescadores como criminales por infracciones administrativas es desproporcionado. Esta ley, aunque apunta a combatir el tráfico ilegal de especies, se está aplicando de manera que pone en riesgo la actividad pesquera legal y a quienes dependen de ella”, sostienen representantes del sector.

Los pescadores industriales son responsables y cumplen con las regulaciones establecidas. No existe tecnología actual que permita medir con exactitud las tallas de los cardúmenes o verificar si las especies acompañantes exceden los porcentajes establecidos. El Instituto Marítimo de Investigación y Pesca (IMARPE) reconoce esta limitación, y los pescadores informan de inmediato a las autoridades sobre cualquier incidente en sus faenas.

Además, el trabajo en el sector pesquero no es una decisión individual; depende de decisiones de terceros. Si se impusieran sanciones severas a los patrones y capitanes, se estaría penalizando a quienes realizan una labor esencial para el bienestar social y económico del país, como se menciona en el artículo 22° de la Constitución Política del Perú.

Ante esta situación, los pescadores industriales exigen que las autoridades comprendan la particularidad de su trabajo y actúen con justicia. “No pueden dejarnos sin trabajo. El trabajo es un derecho fundamental, consagrado en nuestra Constitución. La pesca industrial es parte del desarrollo del país, y nuestra labor debe ser reconocida y protegida”, resaltan.

Además, solicitan una revisión de la Ley 31622 y un diálogo constructivo con las autoridades para garantizar que los verdaderos criminales, aquellos que operan en la ilegalidad, sean los únicos perseguidos, dejando de lado a quienes trabajan de manera honesta y regulada en el sector pesquero. “Luchamos por nuestros derechos y por el futuro de nuestras familias. La pesca industrial no es un crimen, es una actividad que alimenta a la población y contribuye a la economía nacional. No dejaremos que nos quiten nuestra voz ni nuestro derecho al trabajo”, concluyen.